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domingo, 3 de abril de 2016

PALABRA EN EL LABERINTO


Seguir a ciegas el hilo de Ariadna
buscando tu latido
por pasillos de sombra,
blanco muro hacia dónde.

Saberte en lo más hondo,
en el centro del tiempo,
esa cueva de luz en la que habitas.

Y buscar, como Orfeo,
la música profunda
oculta en el silencio
del infierno callado donde naces,

Descubrir tu presencia
y abrazar
la melodía virgen que me ofreces
cuando vibran las cuerdas
de la lira armoniosa,
nueve golpes de luz,
nueve miradas.

Presencia azul y cierta del poema.




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