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sábado, 15 de septiembre de 2012

VUELVO A ESTE RINCÓN DONDE VOY DEJANDO ALGUNOS DE MIS RELATOS Y QUE HE TENIDO UN POCO ABANDONADO ESTOS ÚLTIMOS DÍAS, Y LO HAGO CON OTRAS DOS DE LAS QUE LLAMO " PEQUEÑAS HISTORIAS DE AMOR".
HOY CON DOS PUNTOS DE VISTA OPUESTOS, LA ENSOÑACIÓN Y EL HUMOR, PORQUE AMBOS SON NECESARIOS EN ESTA VIDA.


LA CAUSA

 

 

No fue la enfermedad.

Tampoco el tiempo que, derramado sobre su cuerpo como una espesa gelatina, impedía que sus músculos y articulaciones se movieran con la agilidad con que lo hacían años atrás.

Nadie podía imaginar las causas de su tristeza en los años finales de su existencia.

Solamente él conocía los motivos que le encaminaban lentamente hacia su final.

La razón estaba en la dificultad infranqueable para recordar aquel poema que siempre le fascinó y que se había borrado de su memoria.

Ya no tenía nada, ni el autor, ni el tema que en él se desarrollaba, ni tan siquiera una palabra que le proporcionara alguna pista.

Pero él sabía que, un día, quedó fascinado por aquellos versos que leyó y que hoy ocupaban un vacío denso como la nada en su cabeza.

 

 

Guadalajara 26 de noviembre de 2008
 
 
UNA HISTORIA DE CINE
 
 
Queridos padres:
Al final, me vuelvo con vosotros a New York.
Siempre ocurre lo mismo, el puñetero e inevitable triángulo amoroso que pone todo patas arriba.
¡Mira que éramos felices los dos!
Él, guapo y fuerte. Yo, joven y hermosa. Y, ambos, enamorados en aquel paraíso que habíamos elegido como lugar en el que podíamos conservar la más pura inocencia como seres humanos, los más nobles sentimientos para ayudar a los demás cuando fuese necesario.
Y, por añadidura, disponiendo de los sabrosos y variados manjares que la  naturaleza ponía a nuestro alcance.
Entonces, apareció ella.
Nunca pude sospechar que un día fuese la causa de que yo me encuentre en estos momentos más sola que la una.
Pero, claro, hay cosas que para mí son difíciles, a pesar de mi juventud.
En nuestras correrías por aquellos frondosos bosques, yo siempre me quedaba atrás.
Ella era mucho más rápida y más hábil para seguirle y, supongo yo, que, en esos retrasos, cuando ellos se me adelantaban, y en tanto en cuanto yo les diese alcance, iría surgiendo algo que hizo que el ambiente de camaradería entre ambos me fuese a mí dejando a un lado.
Y, así estamos.
Hoy yo estoy aquí y ellos dos, viviendo en aquella hermosa cabaña que juntos construimos y que tanto esfuerzo nos costó.
¡Maldita mona Chita ¡  En buena hora apareció en nuestras vidas.
Vuestra hija
 
Jane.
 
 
Jorge Mato Huelves
 
Guadalajara 1 de diciembre de 2007
 
 
 

 

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